Manifiesto por la Vida

Jóvenes del MERCOSUR

II Manifiesto 2001. Mensajero del manifiesto 2001 de UNESCO.

Nosotros, jóvenes representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, reunidos en Asamblea Parlamentaria en el Histórico Recinto de la Cámara de Senadores de la República Argentina, convocados por este Acontecimiento Emblemático del Año Internacional de la Cultura de Paz de UNESCO, luego de manifestar nuestras opiniones, ejercer el consenso y decidir por votación democrática, declaramos:
Para promover, generar y concretar una cultura de la paz es necesario explorar, experimentar y expresar en nuestra vida individual cotidiana, y en nuestras relaciones familiares, de amistad, laborales, deportivas, educativas, políticas, nacionales, internacionales y mundiales, los valores humanos cuya síntesis se detalla a continuación.
Libertad en Palabra y Expresión – en todas partes del Mundo

La libertad es un estado de las personas, en el cual no existe la necesidad de poner barreras o límites que perjudiquen o dañen al otro. Dicho estado existe en uno mismo. TODOS SOMOS LIBRES. Si no existiesen las barreras que nos imponemos nosotros mismos, llegaríamos a la libertad que nos hace seres verdaderamente auténticos. Esto implica comenzar por uno mismo para luego, eventualmente, cambiar el mundo. Por ello proponemos:

– Aprender a expresarse desde la esencia de uno mismo y aprender a escuchar al otro.

– Tener en cuenta el respeto mutuo en la comunicación.

– Hacer silencio; sólo así escuchamos al otro.

– Intentar que lo que se siente sea lo mismo que lo que se piensa y lo que se hace.

Libertad de cada persona para manifestar sus creencias y sus cultos – en todas partes del mundo para lo cual proponemos:

Valorarse a uno mismo como individuo, así podremos valorar al prójimo, respetando y tolerando otras ideas, abriéndonos a otros mundos,que muchas veces nos pueden enseñar cosas valiosas.

Que esta actitud sirva como modelo de vida constructivo para todos.

Que cada individuo tenga derecho a ser fiel a sus creencias, sin sentirse avergonzado por los modos que emplea. Si cada uno se sintiera seguro y bien por lo que hace, no debería dudar ni sentirse mal por ello, siempre y cuando respete a los demás.

Convertir el amor y el respeto a Dios en amor y respeto al prójimo.

No utilizar a Dios o a las creencias como fundamento del terrorismo, fanatismo o cualquier tipo de atentados que puedan dañar la integridad de las personas.

Que se respete la dignidad individual dejando de lado los prejuicios sociales.

Liberarnos del miedo y de la necesidad que traducido en términos mundiales significa generar convenios económicos y financieros que aseguren a cada nación una vida saludable y pacífica para todos sus habitantes en todas partes del mundo, para lo cual proponemos:

Que en las transacciones financieras se tomen en cuenta los valores como la honestidad, la generosidad y la libertad de los miembros acordantes, para que no sean ultrajados ni los derechos ni la dignidad de los pueblos. Para esto debemos sustentar las bases de los políticos (que en un futuro podemos ser nosotros mismos) en la educación, que debe tener como principal objetivo la expresión de los tres valores ya mencionados.

Que los países con deuda externa puedan replantearla y pagarla con intereses mínimos, sin ocasionar más perjuicios a sus habitantes, de modo que puedan emplear al máximo sus recursos para generar nuevas fuentes de trabajo, favoreciendo el intercambio económico para sacar adecuado provecho de sus exportaciones.

Que se cree un organismo internacional integrado por los representantes de todos los países cuya función sea equilibrar el intercambio de productos para garantizar una vida digna a los habitantes de las naciones menos desarrolladas y que no se formen grandes imperios que abusen de su poder.

Liberarnos del temor que traducido en términos mundiales significa reducir globalmente los armamentos en tal grado y en forma tan completa, que ninguna nación pueda cometer un acto de agresión física contra algún vecino en ninguna parte del mundo, para lo cual proponemos:

Aceptar la idea de que todos los pueblos son iguales, porque lo son. Si comenzamos una guerra, la humanidad entera sufre, y a ella también pertenecen los que crean los conflictos.

Crear asociaciones, talleres y organizaciones para difundir la paz en todos los lugares del mundo, y así concientizar a las personas, para transformarlo día a día en un lugar donde sea posible vivir en armonía.

Despertar nuestra conciencia a la realidad de la igualdad entre los hombres, erradicando el egoísta deseo de prevalencia, para lograr fraternidad entre las naciones.

Enfrentar nuestros temores y aprender a amar al prójimo. Luego, a partir de esta base, dar a conocer al mundo las consecuencias que trae aparejadas la violencia; y así lograr paulatinamente una sociedad armónica donde reinen la paz, el amor y la alegría.

Fomentar y comunicar a través de talleres educativos en las instituciones, desde el nivel inicial, el conocimiento de los valores que constituyen a cada persona, de manera que cada uno aprenda a respetar los valores propios y los de los demás, construyendo así una civilización basada en el amor.

Libertad para desarrollar el potencial individual y social de cada persona considerada como un ser humano único e irrepetible, respetando también la integridad y la belleza de los demás reinos de la naturaleza en todas partes del mundo, para lo cual proponemos:

Que cada individuo se reconozca poseedor de virtudes y defectos que lo distinguen; de cualidades únicas que pueden y han de ser desarrolladas para el óptimo florecimiento de la sociedad humana.

Que cada persona emplee a fondo sus cualidades y capacidades, y aprenda de sus defectos, para generar y tomar conciencia de la importancia que tiene preservar y aprovechar correctamente los recursos naturales y el medio ambiente.

Que cada individuo proceda de acuerdo a sus derechos y deberes para actuar en libertad, siendo al mismo tiempo plenamente consciente de los límites de ésta.

Que desde el nivel inicial a través de la educación se concientice a los niños hacia el respeto por los valores y derechos humanos, y libertades individuales, sin tergiversarlas.

El presente MANIFIESTO POR LA VIDA ha sido generado por los Jóvenes del Mercosur durante las Jornadas del II Congreso del Mercosur por una Cultura de Paz organizado por mil milenios de paz, y aprobado en Asamblea Parlamentaria en el Histórico Recinto del Senado de la Nación Argentina el 24 de setiembre de 2001, por 72 jóvenes que ejercieron durante algunas horas la alta función de legislar para la paz y la libertad de los pueblos del mundo. Trabajaron en la confección del documento más de 100 jóvenes que además fueron capacitados como Futuros Líderes POR LA VIDA.

Contribuyeron a la realización de los encuentros una notable lista de Instituciones de los ámbitos legislativo, educativo, político, empresario, no gubernamental y personal de los países del Mercosur, a quienes los organizadores agradecen de corazón.

El II Congreso, al igual que el primero, realizado en el año 2000, en el que se generó el Manifiesto POR LA PAZ de los Jóvenes del Mercosur, han sido llevados a cabo con presupuesto dinerario nulo, como demostración palpable de la abundancia de recursos valiosos en nuestros países, y de las posibilidades creativas intactas que están ampliamente disponibles para generar una nueva sociedad apta para niños.